Derechos TLGBI+: Lucha por la aceptación de la identidad

Si bien el mes del orgullo LGBTIQ+ se recordó en todo el mundo en junio, en Paraguay septiembre tiene una carga histórica que marcó la defensa y lucha de la comunidad. Hoy 30 se rememora el Día Nacional de los Derechos TLGBI+, en conmemoración a aquellos que perdieron la vida por decidir vivir de una manera libre, en una sociedad que los juzgaba por no encajar en los estándares de una época más conservadora que la actual.

La conocida «Carta de un Amoral» publicada por el diario El País el 30 de septiembre de 1959 fue un paso importantísimo para esta lucha, ya que de manera pública la comunidad, que entonces vivía en las sombras a causa de las censuras en la dictadura militar de Alfredo Stroessner, sentó postura tras la persecución a 108 homosexuales que fueron perseguidos y torturados tras la muerte del locutor Bernardo Aranda.

Este hecho motivo a agrupaciones que cada 30 de septiembre no quede en el olvido y por ello hoy salen a marchar para recordar la historia y seguir luchando por sus derechos, ya que aún son víctimas de maltratos y discriminación por parte de la sociedad, en pleno 2022.

«La Carta de un Amoral» publicada en el diario El País el 30 de septiembre de 1959.

¿Cuál es la realidad de una parte de la comunidad TLGBI+? Para ello, entrevistamos a Yren Rotela activista feminista y trans que actualmente está en una disputa en compañía de Mariana Sepúlveda, para que los nombres con los que se identifican aparezcan en sus documentos personales. Ambas denunciaron internacionalmente al Estado paraguayo ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en vista de que justicia nacional no dio avances con el caso, que data del año 2016.

«Me hubiese gustado que si yo me moría cuando tuve COVID-19 diga Yren Rotela y no que diga otro nombre con el cual no me pasó absolutamente nada. Cuando a mí me negaron la educación, el trabajo, la justicia, todo en mi vida me pasó por ser Yren», comentó Rotela a Espacio en Blanco. Además, dijo que este proceso de cambio de identidad son para ella seis años de calvario y discriminación.

Con ella, son en total nueve las mujeres trans que se encuentran en un litigio para lograr que sus nombres sean reconocidos de manera legal. Tres casos en Ciudad del Este, dos en Pedro Juan Caballero, uno en Coronel Oviedo y dos casos en el departamento Central; ninguna tuvo respuesta favorable. Los casos son acompañados por la Amnistía Internacional y la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy).

Extraoficialmente se maneja que hay 2.000 personas trans en los registros de organizaciones lgbti, en 10 departamentos del país. No hay un registro del Estado oficial que les contabilice.

Podés ver la entrevista completa a Yren Rotela acá

Yren subrayó lo importante que es para las personas trans lograr poseer el nombre con el que se construyeron como personas y actualmente se identifican. «Si no hubiera asumido una identidad trans y hubiese mentido a una sociedad, podría haber vivido una vida tranquilamente. Decidí ser una verdad y ser yo misma y es el nombre que yo quiero, por eso para mí es importante el nombre que a mí me identifica. Es un derecho», resaltó.

También explicó que tiene serios problemas para realizar trámites legales o salir del país, ya que los encargados o autoridades le señalan que su documento no están acorde a su expresión. Por ello la aceptación de su nombre actual es una lucha por la cual no bajará los brazos.

Yren Rotela, mujer trans y activista por los derechos trans.

Por otra parte, Yren también recordó su vida desde que decidió asumir su identidad trans. Contó que nació en una familia humilde y muy religiosa, por lo que cuando empezó su proceso de transicionar en su niñez al jugar con muñecas, sus padres la castigaban por ello. «Un juguete no te marca, quienes te marcan son la sociedad. Hasta hoy pasa, ni aunque le pegues a tu hijo o le mandes al cuartel si tu hijo o tu hija tiene una orientación lo va a seguir teniendo. Podía decidir esconderlo o ser libre y a los 13 años asumí mi identidad», recalcó.

Hoy la relación con sus padres mejoró, pero en aquel entonces tuvo problemas con su familia debido a la desinformación y los tabúes de ese momento. Además remarcó que la transexualidad no es una enfermedad, sino una decisión.

Por ese motivo, alentó a los padres a que apoyen a sus hijos en la etapa del descubrimiento de manera a que tengan una mejor calidad de vida. En su caso, debido a la falta de oportunidades para continuar estudiando y por lo tanto conseguir trabajo, se dedicó al oficio sexual en las calles por 23 años, pasando todo tipo de situaciones riesgosas. «A los 14 años no puedo decir que fui una trabajadora sexual, fui una persona abusada, estaba en situación de abuso. Me siento orgullosa de haber salido de esa situación», explicó.

Es importante resaltar que hoy en día existen organizaciones que dan una mano a las personas transexuales quienes se encuentren en una situación vulnerable. Rotela citó algunas como la Organización Panambi, Transitar, Despertar Trans en Ciudad del Este, Actuando en Pedro Juan Caballero y Casa Diversa, con un albergue transitorio. Las redes sociales de cada organización están en este apartado.

En cuanto a datos y estadísticas recolectadas por las organizaciones que se dedican a darles visibilidad, Yren indicó que el 90% de las personas trans no culminaron sus estudios en Paraguay, el 78% no completó la educación básica y el 98% ejerce el trabajo sexual debido a la escasas oportunidades de empleo.

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Yren contó que en su juventud le negaron todo tipo de trabajo más formales desde que asumió su identidad. «A mí no me querían dar ni para empleada doméstica. Tengo todas las capacidades pero no la oportunidad para trabajar. Nunca entendía el porqué la gente no me daba trabajo hasta que llegué a razonar y era por mi identidad, no por mi capacidad; nadie mira mi capacidad sino mi identidad y juzgan y me expulsan», subrayó.

Durante su período como trabajadora sexual en las calles, Rotela vivió episodios que pusieron en riesgo su vida como maltratos por parte de la Policía, en plena era democrática, agresiones e incluso recibió impactos de bala. Recordó que se curó sola, en su casa, con la ayuda de Peter Balbuena quien llevó a una enfermera particular para que la ayude: «Esos episodios marcaron mi vida para decir ‘yo no me puedo morir acá, basta de aguantar todo esto y voy a luchar’. Después me di cuenta que tengo derecho a estudiar, a la salud, a una vivienda y de ahí fui conociendo el activismo«.

El activismo y feminismo marcaron la vida de Yren Rotela. Foto: Coalición TLGBI.

Yren destacó como la lucha, el feminismo y la espiritualidad la ayudaron a amarse a sí misma tal cual es y a ser una persona libre. Esos factores la cambiaron y subrayó que va a seguir militando lo que le reste de vida.

Por historias como las de Yren y muchas más que aún no son conocidas es que es importante seguir de cerca estas marchas y escuchar a la comunidad. La marcha TLGBI, encabezada por la Coalición TLBGI, arranca este viernes a las 17:00, la convocatoria es en la Escalinata Antequera de Asunción y de ahí recorrerán por el microcentro.

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