Si hay algo a lo que es difícil ser indiferente, especialmente al consumir música made in Corea del Sur, es a un lanzamiento de Blackpink. Reacciones positivas o negativas, el girlgroup más reconocido de la actualidad no pasa desapercibido.
Quizás sabiendo eso es que sus dos pistas principales se destacaron por una llamativa producción y con líricas potentes. Tanto «Pink Venom«, lanzada en agosto, y «Shut Down», estrenada este viernes, tienen en común es demostrar como a pesar de las críticas ellas siempre se levantan y que saben el impacto que tienen en el k-pop.

En el caso de «Shut Down» el mensaje es más directo, ya que en una de las primeras líneas remarcan que esto no es un regreso, ya que nunca se marcharon. Esto en referencia a como incluso sin lanzar canciones como grupo por dos años, aún seguían siendo noticia por romper récords de ventas o en las plataformas de streaming y así también como varias agencias se ven influenciadas por el estilo que marca al cuarteto.
Mientras que por el lado del video, se ve un ostentoso set, como ya es costumbre, plagado de referencias a videos anteriores. Desde su debut con «Boombayah» hasta lo que fue la consolidación para el grupo con «Ddu-Du Ddu-Du», todo se fusiona para mostrar a un Blackpink más maduro y dando paso a una nueva era con Born Pink, su esperado segundo álbum de estudio.
Born Pink es un material agridulce para los fans. Si bien la calidad en las canciones continúa, una vez más se critica la poca cantidad de canciones que componen este proyecto, siendo ocho en total con dos tracks ya conocidos: la mencionada «Pink Venom» y la colaboración que tuvo el grupo con PUBG «Ready for Love», que sorpresivamente fue incluida en este disco.
Sin embargo, eso no quiere decir que no hayan cosas destacables en el trabajo. Desde las mezclas con pistas de la música clásica como lo es en «Shut Down», letras directas y empoderadas como en «Tally» y «Typa Girl», hasta piezas con líricas más emocionales y melancólicas como se oye en «The Happiest Girl».
Otros puntos destacables son la participación de las miembros Jisoo y Rosé en la lírica de «Yeah, yeah, yeah» y la canción en solitario de esta última «Hard to Love», en la que si bien no está acreditada como compositora o escritora, su interpretación se siente más personal e íntima.
De esta forma es como que aunque se trate de un material relativamente corto, Blackpink sabe ofrecer variedad, el disco no cae en lo repetitivo y ninguna canción suena igual, a pesar de tener la misma esencia que las caracterizó en estos seis años que llevan como grupo.
Los estilos y habilidades de Jisoo, Jennie, Rosé y Lisa fueron bastante aprovechados en el material, trayéndolas de regreso a sus fanáticos que extrañaban los proyectos grupales y seguramente, con esto lograrán atraer a nuevos adeptos que seguirán de cerca sus siguientes pasos.
En una industria donde constantemente debutan nuevos grupos y hay lanzamientos casi a diario, Blackpink sabe destacar y resulta imposible no destacar como a pesar de todo siguen manteniendo el toque para hacer proyectos que resulten frescos.
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