Hace décadas, en todo el mundo se ve como las drags queens van ocupando el lugar que merecen en el mundo del espectáculo, el entretenimiento y la sociedad misma. Aunque de manera más lenta, en Paraguay también se ve un crecimiento de estas artistas ya que van logrando más espacios para sus actuaciones.
«En comparación a años anteriores creció mucho. En el 2016 o 2017, eran muy pocos los lugares en donde se podían hacer shows. En el 2018 fue donde tomó un salto bastante alto. Muchos boliches, muchos bares ya te permitían hacer espectáculos. Ahora es increíble la cantidad de lugares que hay, tampoco es muchísimo, pero en comparación se ven más lugares que antes», contaba Nina en el programa de Espacio en Blanco.
Según aseguró, en el arte drag hay diversas ramas que muchas compañeras suyas van abarcando. Por ejemplo, en el mundo de la música donde dos amigas suyas se van abriendo paso con el lanzamiento de un videoclip, lo cual la llena de orgullo ya que hay oportunidades en el arte para ellas.

Así como en la escena musical, el teatro también está posando sus ojos en las drags. Recientemente, Nina participó en «Vodevil: ser o no ser«, que estuvo en cartelera de la Alianza Francesa de Asunción y marcó su debut actoral. Calificó a la obra como una montaña rusa de emociones, ya que hubo hubo humor, partes musicales y secciones emotivas. Tanto ella, el elenco y el público, pudieron experimentar esta gama de sentimientos mientras se desarrollaba la trama en las tablas.
Al tratarse de su primera actuación, también sintió momentos en los que quiso abandonar el elenco debido a la presión y el miedo a que algo no salga como se esperaba.
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«Era miércoles, a dos días del estreno no me sabía la coreografía. Era ‘Dios mío, no me saleee’ y me faltaba la parte final, eran como 10 segundos pero me trabajaba mucho. Me peleaba conmigo misma. También los choques de emociones, había una escena súper emotiva y luego tenía que hacer una escena más graciosa y con más ánimo», recordó.
Sin embargo, el apoyo de sus colegas, el director de la obra, así como el de su círculo la motivó a seguir adelante y pudo superar sus temores para lucirse en escena. «Me dijeron que me calme y que iba a pasar, luego pasó y fue genial», agregó.

Finalmente, pudo culminar este paso por las tablas el pasado domingo y subrayó que la experiencia fue muy significativa, por el apoyo que recibió y también porque hace no tanto tiempo, en el país, no era bien recibido un show de este tipo en los teatros o si se realizaban estas obras era con una temática diferente. «Ahora es drag antes era más transformismo, eran más personajes que ya habían, personajes estigmatizados», indicó.
En cuanto al comportamiento del público, comparando el teatro y los shows en bares y discotecas, Nina comentó que se siente casi de la misma manera pero que en el primer escenario hay algunas ventajas para disfrutar más debido a la comodidad y los asientos, también en los clubes nocturnos no hay una regulación en cuanto a la cantidad de personas.
«Creo que es un poquitito más peligroso en una discoteca que en un teatro, porque nos exponemos mucho al salir a dar al show. No sabés con qué clase de gente vas a encontrarte porque el acceso en la discoteca es menos limitado que en un teatro. De igual forma es genial, cuando una discoteca te pone lo principal que es un buen escenario y buenas luces, es fantástico ver los shows», resaltó.
El nacimiento de Nina
Nina se considera nueva en el ambiente drag, ya que lleva realizando shows y apariciones hace un año. Recordó que previamente estuvo analizando la escena e inspeccionando los lugares donde se realizaban espectáculos por meses antes de dar el paso, ya que no quería arriesgarse y lanzarse a algo que no conocía
«Para el pride del año pasado fue cuando me decidí, dije me quiero llamar así y me presenté. Cuando estaba segura de que me gustaba porque es un arte bastante complejo que no le recomiendo a cualquiera. Todos pueden hacerlo pero no es para cualquiera», explicó.
Su nombre artístico Fat Nina nace de una inspiración y un homenaje a la vez. Rememoró que la idea nació cuando vio la película musical Pitch Perfect, donde aparece el icónico personaje Fat Amy interpretado por Rebel Wilson. «En la primera película dice algo tan cierto que es que ella se hace llamar gorda para que no lo digan a sus espaldas, entonces es como soy gorda y qué», subrayó.
Mientras que Nina es el apodo de su madre y, tal como expresó, no hay mujer que ella ame más en el mundo, entonces a modo de honrarla, tomó como identidad. La fusión de estas palabras derivó en su nombre, con el que hoy se hace conocer a participar de distintos espectáculos.
Por el lado de la personalidad de Nina, comentó que es un poco de César -su verdadero nombre- y de cosas que normalmente no puede hacer. «La estigmatización de que el nene no puede hacer tal cosa, hago como Nina. Es más relajado estar como Nina. Hablar de una manera diferente, el personaje de Nina es extrovertido, si bien en la vida real soy así, como Nina soy doblemente extrovertida», resaltó.

Para Nina lo importante de manera a que pueda tener una buena experiencia y realizar crecer en el ámbito es saber separar a la persona del personaje, ya que, a pesar de que conviven juntos, no son uno mismo. Una de las dificultades con la que se hallo en su trayecto como drag es cuando las personas no entienden esta normativa.
«La gente de repente no entiende que hay límites, no respeta los límites. Creen que vos seguís estando en personaje y por ejemplo en la calle te gritan con tu nombre de escenario o a mí que soy nueva, me llaman por mi nombre real cuando estoy personificada», comentó.
Sin embargo, incluso con sus dificultades en el camino, Nina destacó que en este tiempo que lleva actuando y haciéndose un lugar la escena, conoció a personas increíbles y tuvo experiencias muy satisfactorias que la ayudaron a crecer.
Como reflexión final, la artista señaló que en un futuro sería muy bueno que ella y sus colegas se unan y haya más formalismos al momento de concretar shows, como en otros países donde hay contratos y normas establecidas para trabajar.
«En eso estamos atrasadísimos. Por ejemplo si alguien te va a contratar para un show es hablado, no hay nada escrito, nada que te avale a vos para que puedas reclamar si pasa algo. Creo que es en esa parte donde todas las drags deberíamos exigir, algo que nos avale», concluyó.
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