Cuatro años tuvieron que pasar para que al fin se pueda hablar de un nuevo material discográfico de Lorde. La cantante neozelandesa volvió hace unos días con Solar Power, su tercer álbum, dando un giro de timón a su estética y líricas que marcaron la carrera de la artista.
Mucha expectativa se tenía en torno a este proyecto ya que con Melodrama, su lanzamiento anterior, Lorde publicó lo que para muchos es su mejor disco, con el que se estableció en la industria y demostró que es una de las artistas más importantes y mas prolíficas de su generación. También hay que tener en cuenta que la cantante siempre prefiere alejarse del ojo publico cuando no trabaja en música, por lo cual el misterio es un agregado a sus lanzamientos.

Finalmente, la espera terminó el pasado 10 de junio cuando de manera sorpresiva fue publicado el primer adelanto del disco «Solar Power», una canción en donde claramente se notaba un cambio en el sonido que propondría Lorde en el álbum. Vibras veraniegas y una letra que no tocaba tópicos oscuros, que fueron protagonistas en sus dos primeros discos Pure Heroine (2013) y Melodrama (2017).
Un camino a la sanación es lo que nos propone la artista en este material, continuando pero a su vez contrastando lo que había mostrado hace cuatro años, en un disco marcado por letras que hablaban de la depresión, de sus demonios, de huir de la realidad y ese miedo de no poder salir de la oscuridad pero al mismo tiempo el deseo de poder vencerla.
Solar Power, en general, muestra una perspectiva más madura y menos lúgubre de las cosas que pudieron/ pueden hacer daño e invita a ir cerrando las heridas, rescatar los aprendizajes de los periodos oscuros y a enfocarnos en aspectos que deberían ser más importantes como la salud mental y la naturaleza misma.
Nuevamente acompañada de la producción de Jack Antonoff, quizás el creador musical más buscado y solicitado de los últimos cuatro o cinco años, ambos se alejan de los ritmos electrónicos y pop propuestos en su colaboración anteriores para volcarse por el folk, el soul y el pop psicodélico, inspirados en la estética musical de los finales de los 60′ y principios de los 70′.

Con una producción minimalista, las 12 canciones de Solar Power invitan a un viaje casi cósmico donde además de tratar problemáticas de salud mental de una perspectiva más calmada, Lorde reflexiona sobre su carrera y su temprana fama, teniendo en cuenta que su carrera cobró notoriedad a los 16 años.
En «The Path», canción que abre el disco, es donde lo habla de una manera más clara y se pregunta donde quedaron esos sueños de juventud, además de decir que ella no es una salvadora, que cada uno debe encontrarse y aprender a lidiar con las dificultades del camino. También «California» explica como no quiere ‘ese amor de California’, haciendo referencia a como decidió alejarse de los lentes y la exposición mediática para refugiarse en su país natal en vez de vivir en una de las ciudades más ajetreadas en el mundo del espectáculo.
Lorde demuestra como fue creciendo a lo largo de su vida, tanto en su carrera y como persona. Así como sus fanáticos, quienes prácticamente tienen su misma edad y la siguen desde que era una adolescente; reflexiones de la evolución y como el inevitable paso del tiempo fue moldeando y cambiando a las personas de distintas maneras, incluyendo a ella misma.
Pero como se mencionó más arriba, este es un disco introspectivo con un tono más esperanzador. «Secrets from a Girl (Who’s Seen it All)«, otra de las canciones destacables, invita a luchar contra la tristeza, a confiar en nuestros instintos y rodearnos de un entorno positivo, quienes quieren lo mejor para uno pero asimismo cada quien debe desear lo mismo para poder levantarse.
En el outro, Lorde se ofrece como una guía turística por las emociones donde nos introduce a un mundo el cual será difícil hasta que los enfrentemos a el mismo, pero ella será la acompañante y mostrará como acostumbrarse a lidiar con ciertas sensaciones, prometiendo que al llegar al destino final, el de la sanación es donde estaremos bien; a pesar de que durante el proceso se presenten situaciones duras.

«Mood Ring» y «Oceanic Feeling» dan fin a este proceso de curación interna, con mensajes hacia un futuro incierto y que podría ser cambiante, pero que debemos intentar manejarlo con nuestro mejor lado, en vez de una manera pesimista.
Quizá el defecto de este disco es que no hay canciones para potenciales hits o canciones que se puedan escuchar de una manera masiva, por más snob que eso suene, pero Lorde justamente sabía de esto y prefirió darle este cambio a su carrera para dar un mensaje distinto, según ella misma dio a entender en entrevistas para impulsar este trabajo.
Con Solar Power a lo mejor no seamos testigos de un éxito masivo o capaz no sea el mejor disco que sacó la cantante hasta la fecha, sin embargo eso no es para nada negativo. Así como todos en la vida, la artista es alguien con sus altos y bajos y que en esta oportunidad decidió apostar a lugares y perspectivas más positivas que supo adquirir con sus vivencias.
Es bueno resaltar a los cantantes que prefieren hacer un cambio en sus carreras e intentar experimentar por caminos novedosos en vez de repetir una y otra vez el mismo estilo. En este caso, Lorde decidió dejar de ser «la chica con canciones tristes para la depresión» y abrazar a una versión diferente de si misma y explorar en ella. Ahora, solo queda ver que deparará el destino para la cantante y seguro esperar unos cuántos años para un nuevo material.
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