Sonidos de la Chacarita derriba estigmas con la música

Niños y adolescentes encontraron en la música una herramienta de aprendizaje y, en muchos casos, motivación para salir adelante y cumplir sus metas. Ellos integran la orquesta de la Escuela de Música Sonidos de la Chacarita, donde encuentran un refugio en el arte y oportunidades para mejorar su calidad de vida.

Hace aproximadamente cinco años, con apoyo del programa Sonidos de la Tierra, nació la Escuela Sonidos de la Chacarita con el objetivo de continuar atrayendo a jóvenes talentos hacia la música y juntar a comunidades mediante ella.

El caso de este grupo es particular pues, en su mayoría, provienen de la Chacarita, zona muy estigmatizada por la sociedad debido a las constantes informaciones negativas que prevalecen sobre el lugar. Sin embargo, esto no es impedimento para que los cerca de 80 alumnos asistan a las clases para seguir perfeccionando su técnica y demostrar que existen personas dedicadas y con ganas de crecer en el barrio Ricardo Brugada

“El trabajo se ve con los chicos tocando contentos, haciendo música y al final salimos ganando nosotros. Me pone contento ver que derribamos esa barrera. Trabajamos para que sean mejores ciudadanos y mejores personas”, subrayó Óscar Escurra, profesor y director de la orquesta Sonidos de la Chacarita.

El docente señaló que hay niños desde los 5 o 6 años practicando en la escuela de música y que no existe límite de edad, pero de igual forma hay más niños y adolescentes entre los alumnos. En su caso, la mayoría de sus alumnos están en el rango de 12 a 15 años.

Las clases se llevan a cabo en el Centro Comunitario de la Chacarita, ubicado en Asunción. Se ofrecen cursos de violín, viola, chello, guitarra, instrumentos de percusión y viento para principiantes y personas que ya cuentan con experiencia previa. Escurra es el encargado de la sección de ensamble musical. “El objetivo es formar una banda para poder expandir un poco más lo que es la escuela”, destacó el maestro.

Óscar Escurra acompañado de sus alumnos de Sonidos de la Chacarita. Foto: Gentileza.

Óscar contó a Espacio en Blanco que se involucró en la música hace casi 16 años y aproximadamente 11 de estos los lleva en la docencia. Hace ya un tiempo forma parte del plantel de Sonidos de la Tierra y gracias a esto, hace cinco años, llegó a Sonidos de la Chacarita.

“Formo parte del plantel de Sonidos de la Tierra, un proyecto social y comunitario que usa la música para poder unir las comunidades y a la gente en sí. Hace cuatro años estoy como director de la orquesta y todo el emprendimiento de la parte musical. Cobro por jornada de marzo a noviembre con una pausa en las vacaciones”, refirió.

Escurra explicó que además de ser profesor en la escuela, de manera empírica, le tocó ser psicólogo de los miembros de la orquesta e incluso hasta padre sustituto, debido a situaciones difíciles que se presentaban al tratarse de jóvenes que se encuentran en una situación socioeconómica complicada.

En cambio, destacó como de igual forma los chicos logran salir adelante y notó como la asistencia a las clases les ayudaba bastante a desempeñarse en otros ámbitos como los académicos y en otras actividades de recreación. Subraya que al menos el 90% de sus alumnos tiene buenas calificaciones en el colegio y son ejemplares en otros ámbitos fuera de la música.

“Anteriormente, me traían sus libretas y me decían: ‘mirá profe, tengo todo 5’; eso sinceramente me llena de orgullo. Veo que el trabajo que estoy haciendo no es en vano y por sobre todo lo que se hace con la música es rescatarles y encaminarles a algo bueno, no desviarles del camino, por decirlo, para poder ser buenos ciudadanos no solamente ser un buen músico”, indicó.

Reiteró que la escuela y él buscan que los niños y jóvenes empleen su tiempo útil en la música, que sea su vía para no caer en las tentaciones que siempre rondan desde tan corta edad. Espera que siempre los valores y el arte sean más fuertes para cada integrante de la orquesta para evitar seguir malos pasos.

Mantenimiento de la escuela

El profesor comentó que los instrumentos utilizados, casi en su totalidad, fueron donados por diversas entidades. Por ejemplo, en los inicios del proyecto el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) brindaba fondos para el mantenimiento y equipamiento del lugar que era mayormente manejado por la ONG Hábitat Para la Humanidad Paraguay.

Sin embargo, actualmente, el mayor motor de la escuela es la Asociación de Padres quienes realizan diversas actividades para cubrir los distintos gastos de honorarios de los profesores o transporte. Por ejemplo de forma simbólica, pero no obligatoria debido a que algunos estudiantes son de escasos recursos, los alumnos aportan G. 10.000 por recibir las clases. También los padres realizan ventas de comidas en cantinas, hamburgueseadas y buscan otros métodos para recaudar fondos.

«Los padres son la orquesta que no se ve. Nosotros somos la orquesta que se ve, la que tocamos, a los que nos aplauden y nos felicitan; pero detrás hay otra orquesta que son la comisión de padres y tutores que trabajan para que a los chicos no les falte nada. Por ejemplo, ensayamos desde tempranas horas y por más de que exista alguna carencia económica, siempre hay algo para que los alumnos puedan desayunar o tener una media mañana en el descanso, increíble es. De cualquier lado aparece alguna fruta, algún jugo, siempre», subrayó.

Por otra parte, Óscar comentó que nunca recibieron una ayuda estatal. Las únicas novedades o señales de ayuda aparecieron en épocas de campañas electorales pero al final nunca fueron concretadas. Destacó que en su mayoría son entidades privadas o aparecen padrinos particulares para apoyarlos y llevar adelante a la orquesta.

Escurra alentó a quienes quieren aportar su grano de arena ya que nunca está de más el apoyo, ya sean instrumentos o soporte económico. Aquellos que deseen colaborar con la escuela u obtener más información, pueden comunicarse con Robert Fleitas al (0981) 159-710.

La pandemia

Así como muchos sectores e instituciones, la Escuela de Música Sonidos de la Chacarita también sufrió los estragos de la pandemia del coronavirus. Las restricciones de circulación afectaron bastante a la realización de eventos para recaudar fondos y también a las clases presenciales. Pasaron a practicar de manera online y aunque al principio costó adaptarse, lograron que las piezas encajen para que la música no pare.

“De repente lo que más costó en la pandemia es salir a tocar, lo que más quieren los chicos siempre es tocar, conocer personas y mostrar su arte”, comentó Óscar.

Ahora con la flexibilización de restricciones y la aplicación de vacunas contra el COVID-19, van retornando a la normalidad y trabajan de manera presencial con todas las medidas sanitarias. Escurra explicó que se van adaptando y de a poco van consiguiendo lugares para presentarse en público y socializar sus habilidades.

Luchando contra los estigmas

La sociedad paraguaya, en general, tiene una mala percepción de los residentes de la Chacarita debido a las noticias de delincuencia y otros hechos delictivos que se dan en la zona, que tienen destaque en los medios de comunicación. Este es uno de los aspectos contra los cuales deben luchar los miembros de la escuela, quienes están lejos de caer en estos escenarios.

Óscar es consciente de este estigma y contó que hasta hoy sigue recibiendo comentarios maliciosos cuando comenta que debe ir a enseñar al lugar, a pesar de que ya lleva media década impartiendo clases. “ Me decían: ‘atendé cuando te vas y no lleves cosas de valor’ y la verdad en todo este tiempo, nunca tuve una mala experiencia. Al contrario, siento que me respetan porque voy. Hay gente que habla sin saber o opina sin tener conocimiento de causa», señaló.

El maestro destacó que cada integrante, y muchos de los que residen en la zona, son personas con valores y hay gente muy trabajadora que tiene ganas de mejorar su realidad. Califica a la escuela como una orquesta de vida, ya que no solamente aprenden de música sino cualidades como el respeto mutuo, la responsabilidad y la capacidad de ayudarse los unos a los otros. “Hay gente que tiene, hay quienes tienen poco, otros que no tienen nada, pero cuando hacemos música todos somos iguales”, manifestó.

Por todo lo expuesto, Óscar reiteró que es importante buscar todas las aristas y no ver todo con un misma lente, es decir no meter a todas las personas en una misma bolsa por venir de un lugar específico y creer que todos son iguales.

“El maestro Luis Szaran dice que el joven que interpreta a Mozart de día por las noche no rompe vidrieras, eso resume el trabajo que hacemos, no solo en la Chacarita. Sonidos de la Tierra es una red muy grande que apuesta a los jóvenes, la música y a unir a la gente”, finalizó.

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