Durante muchos años en la industria de la música la atención del público se centraba principalmente en el artista solista, en los miembros de una banda o grupo musical, quienes eran las caras visibles del producto que intentaban vender. Pero igual de importantes que quienes ponen la voz o la ejecución de instrumentos en una canción, es el productor: aquel personaje que décadas atrás era tenido en mente como un excéntrico gurú que trabajaba por horas y horas encerrado en su sótano produciendo pistas, rodeado de equipos electrónicos y analógicos casi hasta esotéricos.
Si bien los productores eran respetados por los artistas y ejecutivos discográficos, puesto que su trabajo era realmente complejo y requería de un talento y una fineza con la que no cualquier persona cuenta; la realidad es que eran pocos los que tenían un reconocimiento masivo por parte de los fanáticos en general que no estaban ligados a la industria. Ninguno de ellos, o muy pocos, tenían el estatus de estrella.
Todo esto comenzó a cambiar a finales de los años 80, cuando el hoy en día legendario productor oriundo de Harlem, New York, Teddy Riley, introduce un nuevo estilo que se estableció prácticamente como un género musical más, hablamos del New Jack Swing: Una mezcla más que irresistible entre el soul, hip hop, funk y R&B condimentada con potentes ritmos eléctronicos.

Teddy había creado una tendencia que con el tiempo vio un éxito descomunal que se extiende incluso al día de hoy, el estilo y las características del New Jack Swing, esa profusión de cajas de ritmos y samplers propios del hip hop, pero con melodías particulares del dance pop hacían que tanto cantantes como raperos pudieran cohabitar en perfecta armonía. Tendencia que actualmente sigue más que presente en gran parte de las producciones, específicamente en el K-pop donde los grupos han sabido complementar a la perfección las voces melódicas con los raps más potentes.
El impacto de este nuevo movimiento y la popularidad de Riley fueron extendiéndose alrededor de los Estados Unidos y lo llevaron a la posición de ser una estrella reconocida por el público en general. Cuando decide dejar Harlem para instalarse en Virginia Beach, donde para ese entonces no existía una escena del hip hop establecida, no veías a raperos y MC’s en los clubes nocturnos haciendo presentaciones.
Era una zona donde predominaban los beats, la figura del DJ y el estilo en el que las personas buscaban más diversión y sonidos que los mantengan bailando, independientemente al género, sin interesarse demasiado en una letra y una voz encima de dichas pistas.
A su arribo a Virginia, ya con la categoría de leyenda, Teddy supo de inmediato que este era un mercado por explotar y que era una oportunidad para ofrecerles algo diferente a esas personas.

Fue entonces cuando en el año 1991, en un concurso de talentos en la Princess Anne High School bajo el nombre de Teddy Riley Talent Show, el legendario productor se trazó como objetivo que en tal ocasión no iba a ganar la persona con la voz más dulce o quien pudiera dar la nota más alta –características propias de los ganadores de concursos de talentos de aquella época– Teddy quería premiar al talento oculto. Fue ahí cuando le dio su primer voto de confianza a un dúo de jóvenes que más tarde formarían parte de una generación conocida como Los Superproductores.
The Neptunes
El dúo compuesto por Pharrell Williams y Chad Hugo se hizo con el primer lugar del concurso de talentos donde el premio era grabar una canción con Teddy Riley, cosa que normalmente no se daba por lo ajetreada de la agenda del productor y su vida de estrella. Pero The Neptunes tenía algo diferente, algo especial, una oportunidad que no podía dejar pasar y acabó ofreciéndoles un contrato. De inmediato los jóvenes demostraron tener un talento innato y una confianza abrumadora a la hora de entrar al estudio.
Con la secundaria recién culminada, un joven Pharrell con coraje y hasta cierto nivel de imprudencia, logró convencer a Riley de que lo dejara escribir para él en el próximo material del grupo Wreckx-N-Effect; de este trabajo surgió uno de los hits del verano de 1992, hablamos de Rump Shaker, que de no ser por el masivo y demoledor éxito que tenía para ese entonces Whitney Houston con su interpretación de I Will Always Love You, habría ocupado el n° 1 del Billboard Hot 100 con toda seguridad.
Definitivamente esa chance catapultó a Pharrell y a The Neptunes, era innegable la capacidad que tenían tanto para escribir canciones, como para producirlas. Cómo dúo tenían un potencial increíble y para muchas personas allegadas al trabajo que hacían en los estudios de Teddy, eran unos adelantados a su época –y quien pudiera discutirlo– estaban en 1992 y ya sonaban a 2012.
Tiempo después decidieron separarse del creador del New Jack Swing y explorar nuevos caminos, construir su propio nombre y su propio legado. El estilo de grabación que tenían, a pesar de contar con mucho de lo presente hoy por hoy, tenía muchas influencias del estilo de producción de los años 70, tomando y recreando samples de otras pistas, a la par que creaban propias y las unían de una manera que lograba una sintonía perfecta en un trabajo de producción casi artesanal. Querían en cierto grado que la gente sintiera que consumía drogas o sustancias alucinógenas solamente escuchando sus canciones y que sintieran que estaban viajando por la galaxia a través de sus oídos.
Durante esos años, produjeron numerosos éxitos para artistas de renombre, sin distinguir género musical, pues su estilo trascendía a todo eso. Entre ellos podemos encontrar nombres tales como Noreaga, Ludacris, Justin Timberlake, Mystikal, Jay-Z y Britney Spears; producían para todos los referentes y todos querían trabajar con ellos.

Pero tal vez su trabajo más emblemático fue lo hecho con Clipse, lanzando a dos tipos de Virginia Beach –un lugar donde hasta hace pocos años no existía una escena del hip hop– a la fama nacional con una de las canciones más duras, potentes y representativas del rap de la época como lo fue Grindin, fue simplemente algo de otro nivel e impensado.
Con el correr del tiempo, llegó un punto en el que el 60% de la música que sonaba en las radios estadounidenses, habían sido producidas por The Neptunes. Derribaron todas las barreras y crearon un sonido adaptable a cualquier género musical. Por todo esto y por mucho más, son considerados por muchos expertos como los primeros Superproductores.
Años transcurrieron y a medida de eso fueron surgiendo otros grandes exponentes que fueron considerados miembros de una selecta generación, emblemáticos nombres como Timbaland & Missy Elliott, Kanye West y J Dilla. Y en tiempos más actuales, productores como Jack Antonoff, Diplo o Benny Blanco, que si bien no son considerados parte de ese exclusivo grupo, con toda confianza podríamos decir que si hubiesen surgido en esa época definitivamente los incluirían.
Soyeon
Sin duda alguna uno de los nombres actuales que bien podría haber formado parte de aquel grupo legendario que cambió la cara del hip hop y la música en general, es Jeon Soyeon. La idol coreana de 22 años reúne todas las características de aquellos grandes exponentes mencionados más arriba y lo lleva a un nivel y a un escenario totalmente diferente.

El K-pop pasó de ser un fenómeno viral a convertirse en una realidad global y queda más que en evidencia con los números de ventas y streaming que continúan con un frenético avance y crecimiento que no parece que vaya a tocar techo pronto. Y es que los grupos de Pop Coreano tienen la fórmula perfecta para hacerse con la atención de todo el mundo, sonidos cada vez más familiares y reconocibles para la audiencia internacional, visuales que están a años de distancia por encima de los videoclips occidentales y una capacidad para resaltar los puntos más fuertes de cada integrante que componen los grupos de idols.
Pero volvamos a Soyeon, la chica genio de la escena musical Coreana; es miembro del grupo (G) I-dle donde ocupa el rol de líder y rapera principal, pero su historia no comienza con (G) I-dle.
En el año 2014 se unió como aprendiz a la agencia Cube Entertaiment. Tras poco más de un año de entrenamiento, participo en el programa Produce 101, donde a pesar de no haber ocupado los primeros puestos, ya comenzaba a demostrar su enorme potencial. Posteriormente, pasaría a formar parte del elenco de Unpretty Rapstar, plataforma que la ayudó a hacerse con una gran popularidad tras haber demostrado su gran confianza y enorme capacidad como rapera, freestyler y compositora.

Su participación en aquel reality le valió la firma de su contrato como artista exclusiva de Cube, que se dio cuenta que no podía dejar escapar al diamante en bruto que tenían como aprendiz. La agencia realmente puso su confianza en Soyeon, que a corta edad y sin mucha experiencia como profesional, tuvo la oportunidad de componer y producir desde un comienzo, como lo pudimos apreciar en su single debut como solista titulado Jelly en 2017, sencillo que serviría para demostrar todo su talento más allá de la interpretación y que prepararía el camino para lo que poco tiempo después sería el lanzamiento oficial de (G) I-dle.
Ya con el grupo establecido y la confianza de la agencia y las demás miembros, Soyeon tuvo la chance de plasmar todo su talento y todas sus habilidades como compositora y productora. Brindando un estilo y un sonido que logre diferenciar a I-dle de otros girlgroups en una escena tan competitiva.
Al más puro estilo de The Neptunes y de Teddy Riley, la nacida en Seúl buscó su propio sonido, combinando samples y componiendo pistas particulares en donde se puede apreciar mezclas de sonidos propios del dance pop, el hip hop, R&B, soul, funk y ritmos latinos como podemos notar en canciones como Latata o Senorita, hasta sonidos ambientales y teatrales que le dan un toque distintivo y que podemos presenciar en temas como Lion, que marcan la pauta de que no buscan encajar en la misma línea de otros grupos.
La habilidad como compositora de Soyeon es indiscutible y queda plasmada al fijarnos en que participó en la composición de la letra de todo el catálogo de canciones de (G) I-dle, así como en temas para grupos y solistas tales como JBJ, Lee Min-hyuk o CLC. Al igual que en sus colaboraciones con Hyoyeon, Seulgi, Chungha y SinB.
Y de la misma manera, tanto en su colaboraciones con otros artistas como en las canciones de su grupo, fue parte de la producción y los arreglos de las grabaciones en casi todas ellas. Con un método muy minucioso y cuidando detalles para sacar lo mejor de cada miembro y ofrecer un producto de calidad a la audiencia asiática y global.
También es de destacar el trabajo en conjunto con Riot Games, estudio desarrollador del popular juego League Of Legends, que en los últimos años ha incursionado en el mundo de la música.
Teniendo a Soyeon como pieza clave en esta nueva aventura, formando parte del primer grupo virtual de Riot, K/DA donde la misma se va volviendo fundamental para el establecimiento de un sonido característico que buscaban con POPSTAR y más recientemente con su nuevo single The Baddest donde también participó en la producción ejecutiva del material.
Las habilidades de Soyeon dentro y fuera del escenario son cada día más apreciadas y valoradas tanto para los miembros de la industria como para los fanáticos. Sus cualidades son innegables y va camino a adquirir un estatus que le diferenciará de muchos otros Idols.
Podemos concluir que al igual que The Neptunes, al igual que Kanye West, de la misma manera que Teddy Riley… Soyeon no es una Idol más, no es una productora más, es sin duda alguna una Superproductora y por sobretodo una Superartista.
Exelente nota 😍
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