Cumplir con el trabajo asignado, tener voluntad para ayudar a los que atraviesan por una situación económica difícil, no involucrarse en escándalos o evitar militar por algún movimiento político son pecados que cuestan un puesto laboral en Paraguay. O al menos eso denota la salida del director de Empleo, Enrique López Arce.

A más de uno le sorprendió que el funcionario exprese públicamente que ponía su cargo a disposición en la tarde de este lunes. Además, señaló la falta de apoyo por parte del Ministerio de Trabajo con las iniciativas que él tenía para desempeñar su función.
La polémica se desató cuando López Arce anunció mediante sus redes sociales- donde siempre fue muy activo- que, a pesar de que se encontraba de vacaciones, él atendería personalmente a aquellos que necesiten un puesto de trabajo. Cabe destacar que al menos 600 personas acudieron a la convocatoria, según informaron varios medios locales.
Aparentemente, esto generó incomodidad en la cartera estatal y lanzaron un comunicado que indignó a los internautas. Momentos después el funcionario daba a conocer que dio un paso al costado, decisión que ya tomó hace unas semanas pues ya tenían pensado en reemplazarlo por Giuliana Garcete, según el mismo expresó a la prensa.
Es una de las pocas veces en que la ciudadanía repudió la salida de un funcionario público de alto rango. El hashtag #YoApoyoAEnrique fue utilizado por miles de personas en Twitter, expresando su descontento con esta controvertida renuncia, mientras que otros brindaban su aliento al hoy exdirector de Empleo.
Es que López fue uno de los pocos que se dedicaba enteramente a su labor. No por alabar la gestión de los trabajadores del sector público uno es hurrero o algo por el estilo; es importante reconocer cuando una persona hace las cosas bien y sin ninguna intención política oculta.
La gestión de López Arce
Se estima que al menos 22.000 personas consiguieron un trabajo fijo gracias a las ferias de empleo, segmentadas a diversos sectores de la población como: ferias para madres solteras, mayores de 45 años, personas en Informconf o jóvenes en búsqueda del primer trabajo. Generalmente, estos factores dificultan al ciudadano a ingresar al mercado laboral.
Él mismo realizaba asesoramientos personales en su oficina todos los martes. En estas reuniones, detectaba o consultaba las aptitudes de los entrevistados, su disponibilidad de tiempo, entre otras cosas. Luego, los enviaba a las firmas que solicitaban personal, teniendo en cuenta todos los factores mencionados en el previo diálogo.

También, como se menciona más arriba, López Arce se destacaba por estar activo y atento a sus cuentas de Facebook y Twitter. En más de una ocasión, las personas les consultaban a dónde debían acudir para una oportunidad laboral, a los que él respondía que se acerquen a su puesto laboral para derivarlos a alguna empresa.

Con todos estos antecedentes positivos, Enrique López Arce se ganó el aprecio de la ciudadanía y en más de una ocasión los medios de prensa destacaron su labor. Es raro encontrar a alguien tan comprometido con su trabajo en estos días, especialmente en el sector público.
Lastimosamente, el mensaje que deja su salida es que no importa que tan bien te desempeñes en tu puesto, tu predisposición y tus valores; cuando incomodás a tus superiores o tengan algún «amigo» para reemplazarte, encontrarán la manera de hartarte hasta que dejes el puesto que amás. ¿Con qué ganas uno quiere hacer las cosas bien?
La golpeada imagen del Gobierno de Mario Abdo Benítez, debería de cuidar a las pocos que realizan una buena labor y dejar de lado su ambición y el evidente amiguismo político que ensucia a las distintas carteras de Estado.
Ojalá que la persona que reemplace a López Arce pueda mantener lo que se consiguió en estos años. Aunque, los pésimos resultados de cambios similares son los que refuerzan la percepción negativa de la ciudadanía y la frase de hartazgo por excelencia: «Desastre ko Marito«.